Independientemente de la calidad, rigor histórico u opinión que nos pueda producir el visionado de dicha cinta, hay que admitir que quien se encargó del vestuario se documentó bastante bien, y consiguieron un atrezzo muy correcto.
Se nota en detalles como la exposición de dos tipos de capacetes, el de cuero y el metálico. Que es algo que se menciona en las crónicas de Muntaner y de Desclot.